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¿Qué quiere decir 'Fundación de Segundo Piso' y cómo se entiende el monitoreo y la evaluación en este tipo de fundaciones?

¿Qué quiere decir 'Fundación de Segundo Piso' y cómo se entiende el monitoreo y la evaluación en este tipo de fundaciones?

Aunque ambos tipos de organizaciones trabajan con fines sociales, culturales o humanitarios, las fundaciones de primer y segundo piso se diferencian en sus roles, alcances y funciones. Estas diferencias entre un estilo de fundación y el otro implica que los modelos de ejecución son distintos, así como los alcances, los intereses y las expectativas de los esquemas de monitoreo y evaluación. Una fundación de primer piso ejecuta y opera proyectos en los territorios y trabaja directamente con los beneficiarios, mientras un fundación de segundo piso analiza y mide las necesidades sociales a un nivel sistémico, define agendas y mide el avance, realiza alianzas en los territorios y cofinancia proyectos de alto valor, generando resultados a mayor escala al alinear iniciativas en torno a una misma agenda; además, crea modelos replicables y escalables e incide en políticas públicas y a nivel sistémico.

Es así como el monitoreo y la evaluación en una fundación de primer piso están atadas a lo que esperan que suceda con los participantes de sus proyectos o programas: si el proyecto o programa funciona o no, si lo hace de acuerdo a la teoría con la que se planeó, y si los resultados alcanzados son de la magnitud esperada, e incluso ,en algunos casos cuando se cuenta con suficiente información, se pueden hacer otros análisis para verificar si los resultados alcanzados, junto con los costos del proyecto, son eficientes.

En las fundaciones de segundo piso todos estos factores también aplican para los proyectos y programas, que cuentan con un foco de acción más amplio y donde pueden desarrollarse muchas iniciativas a la vez. Cada una preguntándose por su desempeño de manera individual, pero valorando como contribuyen al cumplimiento de la misión más grande, de manera conjunta.  Es así como, las fundaciones de segundo piso desarrollan un conjunto de actividades propias que implican que deben considerar varios niveles de información para sus procesos de toma de decisiones. Hay muchos niveles de monitoreo y evaluación: se pueden hacer análisis de proceso, gestión, resultados e impacto. Cada uno con metodologías diferentes y cuya selección se determina de acuerdo con la pregunta que se quiera responder frente al resultado esperado, o al impacto que se quiere comprobar.    

El monitoreo y la evaluación deben estar al servicio del aprendizaje, de la toma de decisiones y muy ligado a la asignación de recursos, pero cuando hablamos de fundaciones de segundo piso, su espectro de valor alcanza otro nivel. En las fundaciones de segundo piso, que no trabajan directamente con beneficiarios sino con otras fundaciones y aliados, el monitoreo y la evaluación se debe tener en cuenta para poder agregar resultados de muchas iniciativas, tener resultados alineados entre todas y organizar esta medición para su uso posterior.

La mirada de segundo piso requiere que todo este articulado entre sí. El primer paso es tener claridad en la visión y en la misión que la organización quiere alcanzar. Una vez se ha delimitado el foco, es necesario que se realicen ejercicios para entender las problemáticas sociales con las que se enfrentan; luego deben indagar y entender cuáles son las partes involucradas, ningún problema social está aislado, son dinámicos y muchas partes y variables se encuentran ejerciendo efectos positivos o negativos sobre el mismo; y por último, cuando ya tenemos conocimiento de esos factores el interés debe migrar hacia las soluciones propuestas que están siendo implementadas.

 

Un caso real

La teoría es el abrebocas de una mirada de segundo piso y una de las alternativas para realizarla. Todo depende de la organización y sus objetivos. El esquema de intervención de la Fundación Corona se basa en el análisis y la comprensión de los problemas sociales de manera sistémica, es decir entendiendo sus múltiples causas y consecuencias. 

Después de tener el marco, se deben realizar preguntas en todos los niveles para ir concretando temas de interés. Aquí hay varias cosas a tener en cuenta:

  1. ¿Hay claridad en cuáles son los resultados esperados?
  2. ¿Está definida la pregunta de lo que se quiere responder con el monitoreo y la evaluación?
  3. ¿La metodología de planeación utilizada facilita establecer los resultados esperados?
  4. ¿Quiénes son los interesados y quienes se beneficiarían de saber y conocer los resultados de los esquemas de monitoreo y evaluación?
  5.  ¿Cómo va a ser utilizada la información recopilada para tomar decisiones?
  6. ¿Cómo van a ser utilizados los aprendizajes?, ¿se integrarán al conocimiento institucional y se compartirán con otros?, ¿estarán al servicio del fortalecimiento de los demás proyectos?
  7. Parte de la forma de trabajo de una fundación de segundo piso es tener aliados, ¿comparten las alianzas la visión de resultados y sus indicadores?

Todas estas preguntas necesitan respuestas claras para afinar las hipótesis y poder adicionar los resultados de las diferentes iniciativas en un conjunto de indicadores de resultado congruente a la misión.

Ahora bien, estos indicadores pueden ser de dos tipos: Si los proyectos tienen fines similares y la población con la que se trabaja es la misma, pueden sumarse los resultados siempre y cuando las categorías definidas sean claras y los criterios para valorar a la población sean lo mismo, es decir que se sumen ´peras con peras´, y ´manzanas con manzanas´. En cambio, si los proyectos hacen parte de diferentes momentos o se desenvuelven con diferentes actores, es necesario definir categorías que ayuden a sumar los resultados, pero teniendo el soporte con desagregados que muestren cómo cada proyecto aporta y contribuye a los resultados finales.

 

Los resultados

En la mirada de segundo piso los resultados también son muy importantes, pero al trabajar con aliados y no controlar directamente los procesos de intervención, es necesario considerar dos factores adicionales: Primero, nunca se debe hablar de “atribución” de un resultado, porque hay muchos factores que inciden en que el resultado se logre. Por eso el termino apropiado es “contribución”, pues la fundación, junto con otros actores, aporta una parte al logro del resultado esperado. Además, porque hay que considerar que en la evaluación de resultados no se aíslan todas las variables que afectan positiva o negativamente, para saber con certeza en qué proporción las actividades de la fundación aportaron a alcanzarlo. Segundo, cuando se trabaja con otros en fortalecer sus capacidades, no solo debe hacerse cuestionamientos sobre sí se logró o no el resultado que se esperaba, también se debe hacer un análisis sobre el proceso de transferencia y si esto logra que haya un mayor impacto y tamaño de la población beneficiada.

Por último, tener esquemas de monitoreo y evaluación ayuda a las fundaciones a conocer en qué camino van hacia su misión y, aunque a nivel interno de cada proyecto se hagan diferentes análisis y se recoja información sobre varios puntos del proceso, no es necesario comunicar todo con todos. Cada uno de los grupos de interés tiene sus propias particularidades y necesidades de información, lo que acota la definición de qué información compartir y cuáles indicadores evidencian los avances y se alinean en lo que se espera que suceda para que las poblaciones con las que trabajan alcancen mejores condiciones. 

 
**Este artículo fue publicado originalmente en La Silla Vacia, el 23 de mayo de 2018.