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Mejorar los procesos de vinculación y permanencia de educación y empleo a las personas con discapacidad puede mejorar hasta el 7% el producto interno bruto del país

  • En Colombia, cerca del 60% de la población con discapacidad no tiene ningún tipo de educación.
  • Para el 2022, la tasa de desempleo de la población con discapacidad es de 17%, mientras que para el resto de la población de ubica en 13%.
  • Hacer seguimiento a las brechas y barreras de las personas con discapacidad permite conocer y encontrar soluciones reales que mejoren su calidad de vida.

(Colombia, 3 de diciembre de 2022) Colombia aún enfrenta grandes retos en materia de educación y empleo para las personas con discapacidad, para el 2022, la tasa de desempleo de la población con discapacidad es del  17%, así mismo, cerca del  60% de la población con discapacidad no tiene ningún tipo de educación, lo que conlleva a afirmar que esta desigual distribución de oportunidades, influye en la injusticia e inequidad social que enfrenta esta población y que, además, disminuye la productividad y la competitividad del país.

Ante esta problemática, Fundacion Corona y el Programa Pacto de Productividad, proponen abordar este tema desde una mirada  sistémica que permita y fomente la inclusión en los espacios de formación y a su vez  de empleabilidad, esto con el fin de promover la autonomía de esta población, garantizando sus derechos y movilizando la economía del país.

“Se estima que la no inclusión de las personas con discapacidad afecta entre el 3% y 7% el producto interno bruto. Vincular y apoyar a las personas con discapacidad para que puedan ser autónomos. La permanencia en los sectores educativos y laborales es clave para respetar los derechos de las personas con discapacidad, que no es solo una cuestión de justicia, sino una inversión en el futuro común del país” afirmó Alejandra León, Directora del Programa Pacto de Productividad.

 

Acciones oportunas para el ingreso y permanencia de las personas con discapacidad en los sectores de formación

Aunque Colombia, enfrenta grandes retos educativos a nivel general, para esta población la problemática se agudiza, pues al comparar las cifras entre personas con discapacidad y el resto de la población, se evidencia que las personas con discapacidad que alcanzan un nivel educativo de media técnica es de 15,11%, mientras que el resto de la población es del 28,7%.

Garantizar el acceso y permanencia en los servicios básicos de educación es una de las acciones a las que se le debe poner la lupa, se estima que el analfabetismo en la población con discapacidad es cinco veces más alto que en el resto de la población de la región latinoamericana y con esto existen menos posibilidades de acceder a un trabajo digno.

“La población con discapacidad no solo enfrenta el doble de barreras en el acceso a formación para la vida y el trabajo, sino que se ve afectado por otro tipo de barreras comunes del entorno como lo son el acceso a herramientas tecnológicas, la infraestructura o la calidad, lo que aumenta la desigualdad” afirmó Rafael Arias, Gerente de Educación y Empleo de Fundación Corona.

Dentro de las estrategias que se consideran importantes, para mejorar el ingreso y permanencia en los procesos de educación, se encuentra mejorar la calidad en los servicios educativos ofrecidos de manera integral, preferiblemente si se desarrollan competencias básicas, orientados  a la primera infancia; también la consolidación y estructuración de los diferentes programas acádemicos en la etapa posmedia, que promueva la inclusión y tenga una relación real y directa con las demandas del mercado.

Así mismo, mejorar la accesibilidad a la infraestructura de las edificaciones sigue siendo un reto, especialmente para quienes tienen discapacidad física. Esto limita la utilización y el aprovechamiento de instalaciones como escuelas, colegios y otras instituciones de capacitación, impactando, de manera negativa, en el goce pleno del derecho a la educación y, consecuentemente, al trabajo.

Por último, es necesario desarrollar  acciones para mejorar la situación de esta población en la trayectoria educativa,  diseñar servicios y políticas institucionales focalizadas por el territorio y el contexto de cada grupo, partiendo de la innovación, para impulsar un mundo accesible y equitativo, para un desarrollo inclusivo.

 Vinculación y permanencia en el mercado laboral formal

En Colombia, para el 2022, la tasa de desempleo de la población con discapacidad es de 17%, mientras que para el resto de la población se ubica en 13%, teniendo una variación de casi 4 puntos porcentuales con el resto de la población.

“Cuando una persona logra acceder al empleo formal, sigue enfrentándose a diferentes barreras que no han sido fácil mitigar, como: falta de accesibilidad,  permanencia de prejuicios, falta de infraestructura o  calidad; estas situaciones son comunes en toda la población, pero tiene algunos matices según la categoría de discapacidad y otros factores como la edad o el género. Se ha evidenciado que la tasa de inactividad ha aumentado en la gran mayoría de jóvenes, mujeres y adultos con discapacidad, por esto, cada vez más personas que podrían estar buscando empleo, no lo están haciendo y seguramente están migrando hacia la informalidad” dijo León.

En el país, las estrategias para la colocación y permanencia en empleos formales ha ido mejorando, pasando de 967 personas contratadas en 2018 a 1.292 en 2021 por medio del Servicio Público de Empleo, sin embargo, es necesario seguir avanzando en la implementación de ajustes que promuevan la flexibilización y adaptación de los procesos de reclutamiento, de selección e inducción, de manera que se creen condiciones de equidad para que sea posible seguir aumentando el número de contrataciones efectivas.

Es pertinente seguir capacitando a los prestadores de servicios de intermediación  acerca de cómo ofrecer servicios accesibles a los usuarios con discapacidad y, al tiempo, sobre cómo mejorar el acompañamiento a las empresas interesadas en llevar a cabo prácticas de inclusión laboral a través de estrategias de orientación con respecto a la implementación de ajustes en los procesos de gestión humana y en los entornos.

“Estas acciones deben estar basadas siempre en datos, cuya disponibilidad es siempre un reto en materia de discapacidad dado que no todas las personas en esta condición cuenta con la respectiva certificación o no todos se reportan en el registro único nacional; solo mejorando los datos podremos implementar enfoques diferenciales según cada necesidad, para promover una movilidad social positiva”,  puntualizó Arias.