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Bonos: de la filantropía a la inversión de impacto social

Bonos: de la filantropía a la inversión de impacto social


En 2016, el BID - FOMIN, el Gobierno Suizo, Prosperidad Social y la Fundación Corona lanzaron la iniciativa de crear en el país el mercado de Bonos de Impacto Social.

La visión de invertir en filantropía ha tenido tres grandes cambios en las últimas décadas: 

Primero, se ha pasado de un esquema asistencialista para atender y resolver las necesidades de una población vulnerable, a un esquema de fortalecimiento de capacidades personales e institucionales que promuevan su desarrollo. 
Segundo, los métodos de monitoreo de programas sociales han evolucionado, de comprender y medir solo la cobertura de atención a beneficiarios, a evaluar los resultados e impactos que se quieren obtener en los participantes, para evidenciar el progreso y desarrollo de una sociedad equitativa. 

Por último, los esquemas de financiación de los programas sociales buscan ser cada vez más sostenibles y escalables, de forma tal que les permita ampliar su impacto,puede generar resultados positivos en los temas relacionados con su objetivo social y, a la vez, generar rendimientos financieros que permitan que estas soluciones sean perdurables. 

Un nuevo esquema en este sentido que está siendo probado a nivel global, son los Bonos de Impacto Social.

 

¿Qué son? 

Los Bonos de Impacto Social son un contrato de pago por resultados o éxito, que articula a financiadores con interés social y a operadores u organizaciones sociales para suministrar servicios públicos y/o sociales a la población vulnerable de manera eficiente e innovadora. 

A diferencia de los esquemas tradicionales de contratación para los programas sociales del estado -donde se contratan actividades esperando que los resultados finales se den, pero sin garantía de esto-, en los Bonos de Impacto Social se definen resultados medibles como tasa de empleabilidad, porcentaje de no reincidencia carcelaria, coberturas y mejoramiento de servicios de salud, entre otros. 

En este sentido, las entidades del Estado que contratan solo pagarán por los resultados exitosos obtenidos, y el riesgo de los resultados no exitosos se transfieren a los financiadores y no a los operadores del servicio. 

Este esquema permite alinear los incentivos de cada uno de los actores involucrados en el funcionamiento de los Bonos de Impacto Social, que se ven reflejados en que el Gobierno logra resolver problemas sociales de forma eficiente y a la escala requerida; los operadores cuentan con flexibilidad para innovar y los recursos necesarios para hacer cada vez más eficiente su trabajo y a mayor escala; y, por último, los inversionistas pueden encontrar un espacio para generar impacto social, que de otra manera nunca llegarían a generar estas oportunidades, además de monitorear sus inversiones para mejorar su desempeño y alcanzar el resultado e impacto deseado. 

Los principales beneficios y usos del modelo son probar nuevos esquemas de intervención para solucionar problemas sociales, donde el sector público tiene conocimiento de los costos que se requieren para atenderlo y es parte de las agendas priorizadas. Además de que permite escalar soluciones existentes que ya tienen evidencias de resultados positivos alcanzados, donde se pueda reconocer oportunidades de eficiencia en costos al implementar el proyecto en mayor escala.

Con el lanzamiento de este primer Bono se refuerza que Colombia es un país pionero en soluciones innovadores para el desarrollo social. 

 

El primer bono


El pasado mes de abril, en Colombia se firmó el primer Bono de Impacto Social para Latinoamérica e incluso para el grupo de países en desarrollo en el mundo, el cual tiene como objetivo la generación de ingresos de población vulnerable a través de acceso y retención en un empleo formal. 

El proyecto ha sido diseñado por una alianza multidisciplinaria de alto nivel, con la participación de Prosperidad Social, el BID-FOMIN y la Cooperación Económica del Gobierno de Suiza, como pagadores del resultado; la Fundación Corona, Fundación Bolívar Davivienda y Fundación Mario Santo Domingo como inversionistas; las Fundaciones Carvajal, Kuepa, Volver a la Gente y Colombia Incluyente como operadores para la empleabilidad de población vulnerable; Deloitte como verificador de los resultados y un grupo de aliados y asesores técnicos entre los cuales están Instiglio, Corporación Inversor, la Fundación Probono, Baker & Mckenzie, Duran & Osorio y Compartamos con Colombia. 

En los próximos años veremos cómo Colombia será referente ante el mundo por su innovación y cuáles serán los alcances que puedan tener los Bonos de Impacto social.

Este proyecto nace de una gran iniciativa que se oficializó en noviembre de 2016 entre el BID - FOMIN, el Gobierno Suizo, Prosperidad Social y la Fundación Corona, para crear en Colombia el modelo y el mercado de Bonos de Impacto Social con el fin de ofrecer una alternativa de financiación de gran efectividad a los programas sociales que buscan mitigar diversas problemáticas en el país. 

Este sería entonces el primer proyecto de los tres que se piensan hacer en el marco de esta gran iniciativa. Con el lanzamiento de este primer Bono se refuerza que Colombia es un país pionero en soluciones innovadores para el desarrollo social. En los próximos años veremos cómo Colombia será referente ante el mundo por su innovación y cuáles serán los alcances que puedan tener los Bonos de Impacto Social.

Consulta más información sobre el proyecto en Colombia aquí

Ángela Escallón

Directora Ejecutiva Fundación Corona

**Este artículo fué publicado originalmente en Portafolio, el 22 de junio de 2017.

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